En esta oportunidad, vamos a conocer al coach José Manuel Garduño Martínez, nacido en la ciudad de México y con ya 22 años de formar parte de la familia Azteca. Actualmente tiene la coordinación de fuerza y acondicionamiento y su vez, es responsable de los receptores del equipo Aztecas de la Universidad de las Américas Puebla.

Desde pequeño, José Manuel tuvo mucho contacto con el futbol americano. Sus tíos practicaban este deporte dentro un equipo que se llamaba Friends y formaron parte de otros equipos de la ciudad de México. Por igual, vecinos de la familia jugaban en Águilas Blancas del IPN y su papá siempre ha sido un gran fanático del futbol americano, en su casa no se podían perder ni un partido de la NFL.

El coach no tiene hermanos, pero sí una hermana que vivió también esta pasión hacia el futbol, siendo porrista durante varios años. No perdiendo la tradición familiar del amor a este deporte, José Manuel comienza a practicar futbol americano desde los 7 años en el club Pumitas de la UNAM, continuando su camino en Gamos A.C. y finalmente juega sus juveniles en Gamos del CUM para después, llegar a jugar su única intermedia dentro del equipo Cherokees A.C.

Después de jugar esta intermedia, el coach José Manuel asiste a un partido Aztecas vs. Águilas Blancas para apoyar a su gran amigo Alejandro Suarez el cual, ya pertenecía a los Aztecas en 1993. Este amigo le comenta que los entrenadores estaban interesados en su perfil, pues habían visto varios videos de él jugando y es en un partido, cuando su amigo los presenta y ellos le externan la invitación para venir a conocer el programa de los Aztecas de la UDLAP.

Más tarde en 1994, José Manuel visita la UDLAP y decide dejar de estudiar en la ciudad de México su carrera en administración de empresas para al llegar a tierras cholultecas y comenzar sus estudios en Contabilidad y Finanzas, “Me llamó la atención que era un programa que estaba creciendo. Habían ganado el campeonato del 91 en la conferencia nacional y 92 llegaron a la semifinal, igual que en el 93. Entonces era un equipo que estaba en crecimiento en la parte del futbol y la universidad siempre me pareció maravillosa. Cuando era más joven, cursando la secundaria, visité la UDLAP para dar un recital con mis compañeros y desde ese momento, me enamoré del campus”.

En 1999 coach Garduño termina su elegibilidad y enseguida lo invitan a formar parte del staff de entrenadores. José Manuel decide que es una buena oportunidad y aquí es cuando empieza su trayectoria como entrenador. Inició tomando a las alas cerradas en el 2000 y 2001. Pero no es hasta un año después que le asignan la posición de dirigir a los receptores, puesto que sigue ocupando hasta el día de hoy.  En el 2009 con la llegada de coach Eric Fisher, es asignado a la coordinación de fuerza y acondicionamiento.

Son ya varias generaciones que el coach José Manuel ha tenido la oportunidad de dirigir, pues ya con 22 años dentro del programa, ha podido compartir experiencias, conocer y aprender de los jóvenes atletas. Cabe mencionar que del staff de coaches, él es el único que ha estado en las tres etapas de los últimos Head Coaches: Lujan, Cuervo y Eric Fisher. De esta vivencia, José Manuel comenta que ha podido percatarse de cómo se ha vuelto cada vez más profesional el coacheo en este programa, mencionando que el coach Eric Fisher se preocupa mucho por la parte de la capacitación y la superación del staff. “Para mí es un privilegio trabajar aquí. He visto crecer este programa desde que yo era jugador. Lo he visto transformase, mejorar, dar resultados y es obvio que ahora estamos viviendo una muy buena época. Es un orgullo que haber jugado aquí y seguir formando parte del equipo trabajando, logrando los objetivos, alcanzando metas y ganando campeonatos”

Dentro del tema de la capacitación, el Coach comenta que la universidad siempre los ha apoyado mucho en hacerlos crecer. A partir del 2006, el staff de coaches han recibido constantes capacitaciones en el mayor nivel posible. Todo para seguir aprendiendo sobre futbol y en el caso de José Manuel sobre la preparación física.

Jose Manuel Garduño disfruta mucho su trabajo y se complace ver el desarrollo que van teniendo sus jugadores en temas atléticos y poder cumplir el objetivo de convertirlos en mejores jugadores. Y para él, algo muy significativo son los lazos que se van formando a través de las vivencias con ellos. Pues gracias a esto, ha podido formar parte de sus vidas siendo más que un Coach para los jugadores, convirtiéndose en modelo de trabajo y dedicación.

Sus aportaciones al equipo han sido notorias. Constantemente transmite el importante mensaje de trabajar duro por lo que se quiere lograr. “Trabajo mucho con los chavos en la parte del esfuerzo, siempre les digo que si trabajamos vamos a obtener lo que queremos. Mi mensaje es constante: si quieres algo tienes que trabajar por ello, tienes que sacrificar. Las cosas no se van a dar porque sí. Hay que trabajar para obtenerlo. Siempre intento llevarlos al límite y después de esto, marcar nuevas metas”, comenta José Manuel.

Este último aspecto deja ver que los Coaches están siempre ligados al lema del equipo, Quest for Greatness. “Disfrutar del camino y de la gente que está en él, ser entusiasta en todo el proceso”, lo cual, invita a siempre dar el máximo esfuerzo en las actividades y a romper las limitaciones que puedan existir.

La familia del coach José Manuel ha sido parte fundamental en su desarrollo como entrenador. Y aunque su papá sigue viviendo en la Ciudad de México, eso no le impide asistir a cada uno de los partidos del equipo verde. “Papá Zop” como se le conoce de cariño, organiza las porras en los partidos y siempre se le verá apoyando con gran entusiasmo al equipo de sus amores. Su madre, desafortunadamente falleció en el 2006 y la UDLAP tuvo un gesto muy especial con el coach, pues después de este triste acontecimiento se le permitió realizar una ceremonia muy emotiva y esparcir sus cenizas en el campo. Por eso, el Templo del Dolor es un lugar sagrado e inmensamente especial para José Manuel, pues de esta forma, su madre no se ha ido del todo y está presente con él día con día.

A sus 43 años, Garduño dice que su idea era no quedarse a coachear, pero al final, después de toda la experiencia ganada, considera que esta es su profesión ideal.  Le gusta mucho también la parte de fuerza y acondicionamiento. Expresa que en algún momento podría pensar en llevar a cabo algún proyecto externo al equipo o a la par del mismo, trabajando en este ámbito que es una parte que le apasiona. “Si yo tuviera la oportunidad de retirarme siendo Coach, en verdad me gustaría” finaliza el Coach Garduño.

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